domingo, 30 de diciembre de 2012

Nos gusta la literatura



Nos gusta tanto la literatura que nos citamos en un bar.

Sin vueltas, una noche, hace un tiempo.
Nos gusta tanto la literatura que nos sentamos en una mesa al lado de un ventanal cerrado
y nos pusimos a hablar de poesía, de ensayos, del mundo ancho.
Después de un rato seguimos hablando de literatura
porque nos gusta tanto la literatura que no podíamos dejar de hablar sobre literatura
y entendimos que nos gustaba tanto 
y que por eso nos gustábamos.
Nos gusta tanto la literatura que la cerveza se terminó rápido
pudimos escaparnos para ir más lejos
y dejar de hablar sobre literatura
y empezar a callarnos la boca, cerrar los ojos,
besarnos, hacer el amor, ay, esa palabra, el amor,
citar a Cortázar,
recordar algunos versos de Mario, nuestro querido Mario,
decir que la música también es genial porque nos recuerda a las musas
y a la literatura, que tanto nos gusta,
sacarnos la ropa, despacio, diciendo nada,
tocarte los párpados, la boca, el torso, 
ir más despacio,
mirar hacia abajo, ver el cuerpo desnudo,
imperfecto
como un poema,
y aunar la piel entre las sobras de algún renglón
que recordábamos 
al mismo tiempo,
pensar qué bueno que nos guste tanto la literatura,
porque si no nos gustara
estaríamos tirados en una cama 
o en el suelo
riendo
y no discutiendo sobre lo fragmentario, lo insulso y lo desprovistos que estamos
como seres humanos
uno sentadito en frente del otro
diciendo
que nos gusta tanto pero tanto

que no lo hacemos.