miércoles, 21 de diciembre de 2011

Instrucciones para sacarse de encima a un tibio

"A los tibios vomitaré de mi boca"


Al tibio siempre es mejor olvidarlo, porque el tibio cuando se pone tibio alcanza una temperatura en la que es difícil discernir si en realidad tiene pretensiones de quedarse pegado en su estado de chicle o si mutará a un estado más frío para solidificarse y finalmente caer.
Entendemos que ninguno de estos saberes de física escolar van a reemplazar el sinsabor que nos queda de ver que el tibio, por más que le calentemos la pava, no tiene intenciones de hervir. Esperamos en vano ese momento de ebullición, y quizás hasta tenemos las fotografías mentales de un futuro que inventamos siempre que estamos por irnos a dormir, media hora de recuento de imágenes que son ficciones, y una detrás de la otra se suceden como las imágenes tibias de un deseo tibio que un tibio alguna vez, tibiamente engendró en mí.
Una vez el tibio instalado, tibio desde la comodidad de nuestro malestar, comienza a hacernos saber de su condición de tibio con su sola presencia.
Y como es de esperarse, la presencia del tibio se siente apenas. Como una mirada que queda distante, pero que igual mira, un ojo clavado en la nuca que no se va, pero que tampoco te saluda, una conversación en el chat sobre el clima, sobre su abuela, sobre el mate tibio que se está tomando, sobre el partido de fútbol en el que quedó en el equipo de los tibios porque empató cero a cero y está contento igual, o en la lectura última que se comprometió a terminar por miedo de parecer incompetente ante su próxima tibia charla de salón.
El tibio sabe que es tibio, y como todo tibio, se estremece de pensarlo porque es natural reconocerse en un estado intermedio. El tibio tiene un aura gris, ¿de qué otro color iba a ser? Ahora que lo reconocemos, pensamos que como idiotas nos habíamos enganchado del tipo más aburrido del planeta, porque gris, vamos, qué color es ese para un aura de poca temperatura?
Queríamos entender por qué nos vemos atraídas hacia el tibio. Naturalmente, su condición de estar "a medio calentar" nos sirve de motivación para pensar un sutil "yo te voy a calentar, papichurro" o "te voy a rostizar hasta alcanzar la temperatura en la que el papel se descompone", porque el fuego, el fuego que nace desde nuestros corazoncitos de mujer será más fuerte que la imposibilidad del tibio a la hora de calentarse.

Pero mujeres, lo que tenemos que tener en mente es que el tibio es tibio porque es tibio y no hay más tibio que por tibio no valga, más claro echale agua, y si es fría mejor, porque el tibio, ante la mujer de fuego sólo atinará a decir nada, se quedará quieto y transparente, y el fuego de la llama que tratamos de mostrar, arderá, y arderá, y podrá arder hasta el fin de los tiempos, y se consumirá solita, porque al tibio no le interesa mimetizarse con esta fragilidad del presente. Al tibio le podemos mostrar una teta que no reaccionará de ninguna manera, porque su condición de tibio lo mantiene alejado de las pulsiones naturales de estrujarla o al menos clavarle los ojos como disimulado. Al tibio podemos besarlo en la boca y chocarle los dientes, que eso no producirá en él ningún espasmo más que el recuerdo de que más vale que eso no lo sepa nadie, porque es tibio, y no le gusta verse comprometido al día siguiente con nadie. Al tibio podemos recordarle que nos gusta, y el tibio dirá simplemente que no sabe qué hacer con eso, y al tibio podemos invitarlo a salir de vuelta, que él no responderá jamás.
A veces el tibio nos saluda y eso nos calienta, pero él se mantendrá tibio.
A veces el tibio dice "qué bueno estaría vernos" y eso también nos calienta, pero nunca nos dirá dónde ni cuando, porque es tibio, entonces de manera tibia, a los días, se habrá olvidado de la invitación en su tibieza.
Como siempre, reconoceremos en un tibio al colgado, al colgado de las cartas de tarot que está con un pie doblado y con la cabeza apuntando hacia la tierra, porque el tibio no está ni suelto ni parado: el tibio está "a tientas". Y no hay forma de bajarlo.

Por eso, al tibio siempre es mejor olvidarlo, porque ese muchacho tibio nunca pensó en si nos miró, si nos dijo, si nos besó, si nos tocó el culo o si nos invitó a la casa a pasar la noche.

El tibio es tibio sólo cuando nuestra presencia ante él se torna invisible.


Qué mejor forma de olvidarlo, de sacárselo de encima que saber que desde un principio, el tibio en vez de mirarte a los ojos, iba a preferir mirar al costado de la vereda...

lunes, 19 de diciembre de 2011

No tendría que haberte escrito esto

Pero puesto que no volvimos a vernos
ni vamos a hablar
te quería preguntar
aún en mis silencios
temas improvisables
desde cómo, cuándo y dónde.
¿Sus ojos te conmueven?
¿Te mueven las pestañas de un lado a otro
perdidas?
¿Te llevan la conciencia

a niveles no descubiertos
por el hombre?
¿Te llaman a la noche y te despiertan entre telas?

¿Te dicen que sos luna mar y tierra?¿Te encuentran sin querer y te consuelan?
¿Te presta su camino para hacer y ser testigo
del derrumbe de tus penas
cuando estás fiel al recuerdo?
¿Te volviste a encontrar firme
junto a ella?
¿Pronombre ella o serán ellas?
¿Te lavan las penurias de un llanto reprimido?
¿Te escribe estos poemas en un rapto de suicidio?
¿Te recuerdan tus proezas
o te atajan el derrumbe?
¿Te cuidan en la ausencia
y te recuerdan en el subte?
¿Te dieron de leer sus penas?
¿Intercambiaron sus ardores?
¿Sabe de tus cejas
cuando están cansadas
y se esconden?
¿sabe que sos mucho más que esconde
lo que no quiere ver en el espejo?
¿Propone sus propios besos?
¿Te imagina así en sus versos?
¿Te rima cada nombre
en cada sueño?
¿Te conoce así desnudo entre tu pelo?
¿Así de tierna como yo,
se pone?
¿La querías ver violenta?
¿Así de triste como yo,
se agrieta?
¿Me quisiste ver
entonces?
¿Mi pregunta,
te aprieta?
Me cambiaste el zapato
por la piedra,
la piedra no habla
tu boca no responde.

El último hálito de esperanza se me esconde.

Y mi nombre estalla entre preguntas y vuelve rechazado a su cueva.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Dientito de leche


Se pasó el día jugando

como si amaneciera la vida en su mirada

como una estela de alegría posada

en sus dos piernitas de nena.

Se había levantado temprano,

tenía que ir al colegio,

pensaba en quedarse durmiendo

o iría tal vez a comer algo.

Serían las dos de la tarde,

Camila seguía en la cama,

despierta del sueño la muerte

con un revuelto

de un huevo con ajo.

Desayuna y almuerza ese huevo

se viste con su ropa de andrajos

levanta la vista hacia fuera

y emprende el camino

del mago.


¡Salva la vida con suerte

la bruja está al otro lado!

Anoche se le cayó un diente

pero el conejito

no había llegado.


Camila no fue hoy a la escuela

faltó y se quedó dibujando.

se fue a recorrer un sendero después

que solita se estaba marcando.

caía la noche y estaba

el sol por atrás de los autos

Camila llevaba sus trapos

detergente, cepillo y

de a saltos entre la gente

se reía de a ratos.

Hoy estaba contenta,

estaba feliz de estar trabajando

a la luz de la tarde,

Panamericana,

paradita al lado del semáforo.

esquina adorada, pensamos

y entonces ahí empezó.


Camila se sienta al costado

espera al rojo

del tránsito

para un auto atrás del otro

(Clarita está mendigando)

Camila prepara sus ojos

los cierra y ahí está soñando:


sus piernitas, huesitos de pollo

se abren como alas de pájaro

entre un cartel de máximo ochenta

entre el palo

como bailando poledance

en un caño

parecía una criatura de circo

la niña rareza de tres patas

pero la imagen es lo que ven:


Una niña, el pavimento, y un palo,

sus piernas verticales paralelas

envuelven al cartel como trenzas

su espalda perpendicular se sostene

contra la tierra que ensucia su ropa

con su pelo suelto echado a la mugre

de los autos parados que la miran vencerse

sus muslos atrapados rozando la madera

cuadrada y larga (como un falo)

las astillitas se le clavan en los labios

la sangre empieza a caer por su pollera

se le ven las nalguitas por afuera

cuando su cuerpo se aprieta contra el palo

como un látigo el movimiento de su columna

se levanta y se corta así un brazo

que queda desplegado contra el suelo

y el otro firme

todavía agarrado,

la cabeza se da vuelta hacia atrás.


¡Contorsionista pequeña de ciudad,

Camila, que te estás entregando

a la tierra como un sacrificio

del bendito Dios Conurbano!


La sangre sigue chorreando

pasan los segundos y el semáforo

no cambia.

Tu espectáculo es una maravilla

pero el tiempo se está terminando,

¡Correte de ese palo, nena,

correte que te están buscando!

Ahí viene tu vieja Manuela

a buscarte para ir al trabajo,

vamos Camila, ¡correte!

andate y volvete saltando,

ahí vienen con una escopeta

a buscarte para ir al trabajo,

ahí viene tu vieja, Camila,

viene también tu padrastro,

saltá o volá a la vereda,

que la noche te encubre tu rastro,

nadie se entera

si te vas

hoy,

nadie se entera.


Camila,

cerrá las piernas

levantate y mirá al costado

es hora de ir a dormir

¡Ahí vienen,

escondé la herida

y salí rajando!


¡Salva la vida con suerte

la bruja está al otro lado!

Anoche se le cayó un diente

pero el conejito todavía

no había llegado.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Preocupaciones de burgués

Quiero saber qué afecta o allana el camino hacia
la redención
de un alma estallada
entre fallos y cuchillos clavados
en las manos y los dedos
que sangran
pulgares e índices
destrozados
por un pedazo de sensatez
puesto en el dedo burgués de mi mano.

Estaba pensando en callarme
o decirte otra vez lo que dije
repetir insistir, perseguirme
entrar en el mundo imperfecto
donde uno asoma la nariz
y se anima a verse plagado de
vicios:
el amor en estos tiempos
no es accesible.

Es, en cambio,
un privilegio

del que no todos gozamos.


Inversamente recuerdo y olvido
y nostalgia y poesía
y los versos con rimas
pensar en palabras
dejar al azar esas
manías actuales
citar con frases
canciones suaves
canciones truncas
momentos célebres de
nuestras vidas célebres
parecen ser el precio que pago
por perder mis días
y cada uno de mis momentos
pagando un crédito
por enamorarme.

Confesarle a un sujeto que
uno lo quiere
es endeudarse.

Como comprar fondos vacíos
o bonos griegos
a un futuro hipotecario.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

En lo no dicho hablabas

Tus brazos colgaban como gotas de viento

chorreando en la gravedad al piso de patio

ví que pesaban sin tiempo

pero vuelven a vos

fragmentado


como la herrumbre colorada


sabés que hay distancias momentáneas

donde me paro semejante al miedo

lima el ruido la imagen de tus ojos

ríe un sonido que recuerda a otra morada

liga el momento con el otro

la sombra

o el rastro, o la nada


(no nos dimos cuenta)


diste un pasito

te diste vuelta

miraste al costado

con mirada errada

dijiste para adentro

algo imperceptible


(lo sé porque descubro

que callabas)


me cubro con el pelo la vergüenza

lo sacudo desterrando tu mirada

las lanzas en mi nuca se aceleran

para entrar en el cuerpo que entierro


para comerme el fuego y la llama


estaba oscuro, estaba solo, estaba

ruido pestaña y ojo

sincronizados y pesaban

mentían tiernamente un silencio poco,

podía detenerme y

ahí estabas


pediste por favor y lo jugaste

transformé tu imagen en balada

no hiciste más que aprovecharte

y me viste esa noche

desgraciada


perra, la noche estaba así

porque sacudo el polvo de los dedos

y traduzco tus ojos con mis manos,

los veo en verso y a mi antojo

los escribo, los reclamo, los beso:

¡NADA!


la noche es perra,

¡PERRA!

dijimos no, dijimos bien, dijimos nada,

¡NADA!

la noche es tanta

que te tapa la boca te la cierra en el exilio

escaparte correr la persiana

¡NADA!

y frágil se vierte en la jarra

el sonido del culto al olvido

pierde la noche sentido

se queda el grito clavado

en la garganta


que no dice nada


entonces vengo yo con un cuadro

de boca gruesa y colorada

a soplarte lo que da el escalofrío

a decirte

que no es tanta

la voluntad de no verte dormido

era quizás un olvido

miré para el costado y estabas.


lunes, 14 de noviembre de 2011

Epistolar I

Escribo cartas porque me falta coraje. Entonces el remitente se vuelve impersonal (paradoja que te quema la cara) y ahí va la mano a la letra con haces de amarillo perforando unas pupilas ajenas llenas de luz y sobra.

Es tarde. Hace falta dormir más, soñar menos, soñar menos, soñar menos, soñar menos, soñar menos, menos, menos, atarle las patitas a los sueños y amarrarlos al borde de la cama.

Quiero, sin embargo, condenarlos a muerte y fusilarlos en la silla del comedor, pero no puedo.

Escribo cartas entonces, porque me falta coraje, y armas y manos y disponibilidades y las infinitas ganas de sacarme para siempre la crueldad de necesitar en serio pero no en realidad, el reflejo como imagen de tu imagen o de tus millones de imágenes, fragmentadas en imágenes del recuerdo que tengo y guardo de vos.

Quiero, a pesar de todas mis contradicciones, papeles, roles y papelones dejarme ser quien pueda darle fin a la cadena de pensamientos inconexos, pensar en vez en lo converso (de mi discurso), de lo difícil o en lo fácil, ¿qué importa lo fácil?, toda la liviandad con que respiro y saco para afuera un suspiro pequeño, escondiendo la enormidad de su sorpresa -aún de su tristeza- cuando dejo de ser para pretender serte, ser otra, para ser por fuera de tus imágenes infinitas, me recuerdo en una obviedad estúpida, en la que nada de lo que digo, nada pudo haber sonado convincente, ¡pero claro! A quién se le ocurre escribir en verso y que a una la tomen en serio.

Escribo cartas entonces, porque me falta, me falta algo, diablos, me falta algo irrenunciable y me falta porque no lo tengo, porque no lo puedo, porque no consigo desgarrarlo, aprisionarlo o morderlo o estrujarlo y zamarrearlo bien fuerte y escribo cartas porque sé que puedo escribirlas sin necesidad de enviarlas. El descubrimiento literario del siglo; bien, Flor, bien. Menos mal que estudiabas literatura.

(Me escribo cartas porque me falta coraje. Entonces el remitente se vuelve demencial.)

domingo, 16 de octubre de 2011

Otro (poema) no más.

No más tender de la mano al sueño,
no más suplicios roncos,
no más chatear de madrugada,
no más deliberar excusas,
ni más pretextos de hablarte.
Aguantar
un poquito
no más.
Ya va a pasar
a ser un recuerdo.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Suprematismo


Cuadrado negro sobre fondo blanco, (1913), Kasimir Malevich.



No más "me encuentro desgraciada

y perpetuamente sola"

de tenerte mirándote por

horas

y horas

esas manos tiesas que de repente

se me asoman en una imagen

proyectada

de la memoria

a la ausencia

tautológica:

blanco sobre

blanco.

Malevich,

Kazimir

como un camino

o un precipicio

el inicio del desamor

y la repetición

de la repetición

de mi repetición

de buscarle la vuelta

al destino

para que quede un relleno

de tan sólo un olvido

con olor a viejo

encontrarme haciéndolo una vez más,

otra vez encontrarme diciéndolo: “esta vez y nada más”

pensar, “ya es suficiente, listo, te olvido”

y querer decirte “hola”

pensar en el sacrificio de renegarme o denegarme

o denegarte o no tenerte

de ninguna forma

qué me importa si me dice algo el hecho

de que haya decidido por mi cuenta

cortarte en pedacitos para hacerte entrar

en una tumba más pequeña

si el esfuerzo (minimizar)

el esfuerzo

(ver rojo sobre negro - Kazimir- )

y no alterarme

ni una fibra.

¡Alterarlas todas!

¡Alterarlas a todas!

¡A todas y cada una de mis rimas!

¡Retorcer el verso!

Predecir la estrofa

"se me quiebra el corazón"

borrar

un maldito baboso chorreante poema de amor

cuando debería buscar, en cambio,

la forma

de que el buen recuerdo

(rojo sobre blanco)

se convierta

en una nebulosa,

(mi aparato restrictivo del deseo)

y empezar de una vez

a escribir en prosa.

Escribir un poema.

¿estoy?

Lo hago, dispongo las voces para afuera.

Concilio tu imagen

con mi natural sacrificio:

escribir estas palabras en negro

sobre lo blanco de una hoja.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Histeria

Borrame.

Borrame todas las notas de la libreta

de las actas

del bloc de notas

mis archivos Word con poemas

borrame del msn

del Facebook

del celular

poneme en indeseados,

hacete el tarado

no me hables.

Borrame,

borrame las cicatrices

los granitos de la espalda

mi subrayado torcido en los apuntes

borrame los lunares

las arrugas

las comisuras

las pupilas,

borralas.

Que no te vean.

Borrame el nombre de tu memoria

de tu conciencia

de las veces que hablamos

en el patio

en el bar

en las escaleras,

borrame toda.


Borrá el historial de conversación,

borrá las evaluaciones para corregir,

borrá las fotos de mi computadora,

borrate de mis dedos,

de mi cuerpo,

¡Pero andate entero!

Es peor pensar en el después

cuando a priori está la ausencia

que mejor borrame

si me vas a tener esperando

sin darte siquiera una idea.

Porque esta amenaza

se hizo efectiva

y no es que no quieras hablarme

es que te estoy hechizando

En diferido.


Borrame.


(No me borres)


¡Borrame!


¡Aunque no lo quieras!


Borrame (¡no!)


Y que ni se note ni te vea.

¡Pero basta con esta tortura salvaje!

Si no me vas a querer,

prefiero ser yo la que te exija

y haga cumplir el mandato

de decir

¡Borrame de una vez, aunque no lo quiera!.




(Fin del comunicado.)




lunes, 26 de septiembre de 2011

Fotogramas

Oscura pupila marrón tierra

marrón verde negra

artificio constante mirar

tus pupilas contorno marrón.

Pestañitas.

Un par de manos con dedos redondos

contornos desnudos de

un manojo de simetrías

ascendiendo

por el balanceo impreciso

de los gestos.

Pensarlo dos veces

tres veces

las veces

que fuera necesario

(decirlo)

o pensarlo en otro idioma

no poder hacer nada al respecto

maldecir la luz del cartel de cerveza

(la publicidad distraía

tu mirada)

y entre la gente

rebotando como si fuera un

pinball

dando giros calculados

(un deboulé

atrás del otro)

atrás

tuyo

chocarme

sin querer

tenerte

por los dedos redondos

(nunca

antes

había

sentido tu

piel)

me callo, me callo (pienso).

Porque imaginaba siempre

las infinitas posibilidades

de tragedia

a las que me tiene acostumbrada

la literatura

hasta que me ví

en una foto

haciendo relevé para llegar a tus hombros

y decidí terminar

con los poemas homéricos:

dar lugar al verso libre

quedarme rimando

balbuceos

apenas un:

¡ah!

sábado, 10 de septiembre de 2011

Por partes

Supieras o no, la vista se desarma

sublime en la mejilla, la manera, la pestaña

quería decirte antes que no estabas

mirando en ninguna parte

para darte cuenta de que en frente tuyo

una mueca se relame.

Prefiero redimirme que alcanzar otro cielo

porque el cielo no es de nadie,

y tu cielo es un consuelo de tontos:


Yo no me conformo con el aire.


Prefiero confundirte con alguien

que pensar en tu mirada

que los ojos se levanten apenas

quando miren

y se olviden al instante la palabra.


Prefiero destruirte la cabeza

que besarte en la boca

o escupirte los hombros

a estrecharte la mano

contra mi cuerpo

que no se altera ni un momento

de verte parado y enfermo.


Entre todas las cosas

qrefiero encontrarte desnudo

por casualidad

desnudo

y que sea necesario imaginarte primero

para encontrarte después

tendido, escupido, besado, aplastado,

destruído, olvidado y nervioso.


Prefiero, de todo lo que el mundo tiene

y de lo que la vida vomita

prefiero tenerte las manos cortadas

guardadas entre mis dendritas

en un cajón de madera

para que no se escapen y resistan.

Cortarte los pies

y dejármelos afuera

esperando los pasos que siguen

porque tus ojos están tristes

y miran adelante,

y no lloran,

y no viven,

y no queman las miradas cuando laten


Los sonidos, en cambio,

nunca marean.


Se oye afuera, una hoguera, y el grito,

y el grito es horas de terror,

al verte de nuevo,

y tener que apreciar

el mundo de nuevo.

No me contiene el espanto

no me llega el abismo

ni siquiera una tortura,

ni un suspiro,

ni un ahogo

ni un alivio.


No me lleva la muerte,

Ni me lleva el silencio,

por mí sólo espero

y que te quedes adentro

encerrado sin manos, sin pies, sin ojos,

¡Que te quedes pegado

A mi piel de cerrojo!

¡Que te hagas a un lado de todo

y no vuelvas nunca a encontrarme en la calle!

¡Ni en ningún lado!


Prefiero tu piel de látex.

clavándome en los poros la vista

llevándome la saliva entre las pestes,

que se arrolla en litros

formando un hilito

en un camino

de dientes

-----------------Que vuelve a tragarse y digerirse,


y al oírme,


regurgitarse,


morirse


y vencerse.

jueves, 18 de agosto de 2011

Carta de recomendación

No te pienses vencido con disfraces de porcelana

hay un rostro más puro

debajo de esa cáscara de células muertas

tenés que dejarlo ver

tocar con las mejillas y pinchar los párpados

para sentir que todavía está

y no se ha vuelto de palo.

Quería contarte cómo aún teniendo

la certeza de que no lo sé

hay una infinidad de datos

que te faltan conocer de vos mismo

porque verte cayendo en el piso

como una metáfora de la muerte

se parece bastante a lo que dicen tus pestañas

cuando están tus ojos cerrados

y vaya a saber uno lo que saben

lo que omiten

lo que dejan

lo que mienten


No te tumbes.


Un día escuché tu voz alterada

y pensé en decirte que era algo

que no había notado nunca.

Porque tu voz es suave:

usala.

No hace falta un léxico ilustrado,

falta que te cargues de fuerza

para encontrarte diferente,

reencontrarte y esperarlo.

cuando lo veas realmente,

y sientas que vale la pena

dejar de pensarte menos

menos de lo que sos

de lo que ves

de lo que es

la vida

cuando uno no espera

tenerse frente a sí mismo

ni a la verdad con las patitas quietas

gritando a viva voz

que uno se equivoca

y sabiéndolo

ir irremediablemente al encuentro

y entendiéndolo

saber una baba ajena

y pudiendo

irte con cualquiera

hacés que el mundo pierda sentido

y dejás que una luz de asombro se encienda

porque la oscuridad de la noche

cuando se enfría la noche y la cama

no es un síntoma muy preciso

pero dice que la decisión

está errada:

Deberías apurarte y vestirte.

dejarme sola, dormida, acostada.

e ir corriendo desnudo

para que pises

el suelo finalmente

bajo la piel de tus dedos

que te pinches bien fuerte

y goces el dolor

y pienses en vivir

en vencer, en fingir aunque sea una

voluntad pequeñita

de encontrarte frente a

quien

pararte

no

te deja

y decirle con palabras,

(porque siempre hace falta palabras)

que era la hora perdida

que estabas recuperando

el aliento

y las ganas de

perderte por un rato

en la ensoñación primitiva

del hombre pequeño que sos.


No temas de verte

entonces

parado, desnudo, hablando

frente a un espejo.


Ella sabrá bien qué hacer

cuando aceptes tu papel

y dejes de ser mal actor.

Y para cuando la encuentres,

no te aprendas un guión de memoria:

siempre es mejor recorrerse a uno con el dedo

para saberse vivo y entonces

así

sabrá reconocerte;

verá las cosas que fui enumerando

y te verá descosido.


Yo te dejo una puntada de hilo,

un piloncito de sobres


…y un par de alfileres.

martes, 16 de agosto de 2011

La petite mort

Decir que dos cuerpos yacen

Entre sábanas y humedad

Es decir poco.


Porque decir yacen

Es decir

Que se han muerto

Y descansan los restos impares

De los dos.

Carta abierta a un tirapiedras


a Moisés


Carta uno:

tengo un hermano de viaje.

por eso me dispongo a escribirle

para que sepa que desde Buenos Aires

espero se alegre con lo que tengo que decirle.

Las noticias por acá son buenas

en general, algunas, no todas,

porque no quería preocuparlo

contándole las pocas novedades obvias.

Pensé en empezar por mi semana

y decirle que dejé la banana

--------------------------------------porque empecé la dieta

ahora sólo como manzanas

-------------------------------------y sopas diet para la cena.

La semana siguiente me enfermé

me costaba respirar por las noches

estuve medicada unos días

casi me muero.

y exagero, no “casi”.


Morí y estorbo.


Del resto del tiempo no recuerdo mucho

hay cosas que mantengo confidenciales

las elipsis cotidianas no me hostigan tanto

y cuando vuelvas por supuesto, pienso contarte.



II


Carta dos


Te espero con temor y con ganas de abrazarte

porque acabo de enterarme en las noticias

que ocurrieron hechos tan abominables

que prefiero pensar que son ficticias.


Presentí que estrías allí con ellos

porque tu alma de cruzado te hizo militante

y espero que la suerte no me diga

que algún daño te hicieron esa tarde.


Estar a la espera de un dato preciso

me abstrae de cualquier cosa que pase

pienso en que estás detenido y


menos mal que te conectaste.


Me contaste que estabas pendiente

de lo que en tu patria necesitasen

de vos,

los estudiantes

que pedían

educación

gratuita

laica

oportunidades.


En tus

vacaciones de una

historia repetida

para vos

un leitmotif

como un semblante.


También sé que estás tomando mucho

porque allá acostumbran a darle

al alcohol

como acá,

y ahora que estás allá,

te pido que te cuides

y me vuelvas entero

para la semana entrante.


III


Carta tres y

me impaciento porque no hay noticias

de lo que sucede del otro lado

de la cordillera.

acá te espera,

tu amiga-hermana-a veces madre,


(Te escribo un mensaje secreto

para que veas que me preocupaste.)


Hermano chileno tirapiedras:

aunque así dicho suene ofensivo

te espero con piedras de cuyo en el bolsillo

para que no extrañes.

te espero con venas marcadas por fuera

y con palos y bombas de humo y camiones hidrantes.

Te quiero ver firme

para cuando marches en esta tierra parecida

que tanto tiene y viniste a darle

que es generosa en aspectos indecibles

(pero estamos plagados de elipsis

y de discursos errantes.)


Quería contarte que también

te espero

con el mismo jefe de gobierno

en esta ciudad de magnates

con una docena de facturas que me salió veinte pesos

y un sueldo que cobré hace poco,

de una suplencia que hice meses antes…


A fin de cuentas, verás hermanito

que las cosas acá no han cambiado mucho

(aunque trate de pensar en cómo contarte

para cuando vuelvas y encuentres

el mismo caos repetido)


Quizás cruzando la frontera

hayas encontrado la fuerza y la saques

para afuera

cada vez que te digan

que tenés que rendirte

y que no van a escucharte

que vas a perder porque sos minoría

que a nadie le importa que seas estudiante

que aunque estudies en argentina

y en Chile estés de visitante

tu nacionalidad no marca tu vida

nosotros preferimos decir

los“internacionales”

con un trazo de tinta marcado

en la herida de ver reprimida

a la fuerza militante pequeña

con la que te encontraste.


Cerraron la frontera.

Estado de sitio.

Yo postrada y enferma.


El patova de Puan

--------------------sigue comprando

---------------------------------------feromonas.


Y mientras otros regresan a sus casas

luego del trabajo

o repensando alguna condena

el resto se mueve como gusanitos

en un pedazo de carne.


Ví una foto en un diario, hace unas horas.

las cabezas se veían tan chiquitas

entre el humo como una virulana

a punto de oxidarse

que sentí que necesitaba escribirte


y mandarte estas líneas


que pensaba guardarte.

lunes, 25 de julio de 2011

No pude safar

Se terminó la farsa.
no, no tengo pito
(qué desilusión)
ni pelitos enrulados en el cuerpo.
Hay días, en los que me levanto
pensando en ello.
Y me digo
"se terminó la farsa", Florencia.

Entonces, 'farsa' parece ser
dentro de todas las farsas
una gran puesta en escena
de una puesta en abismo
de tener alta la líbido
y archivos word por delante.

Como levantarme y pensar
en las farsas
y en el abismo
y en las escenas...

Poco podría importarme
pensar en la farsa.

Pero heme aquí.
Farsante.

Pienso luego, entonces visto.
una tela por vestuario, y entonces sí,
una farsa

(que leído al revés suena a
'safar')

Qué farsa.

(Fuezo los dedos, muevo la boca,
doy vuelta la página, releo
tomo un sorbo de té,
me toco el pelo,
los ojos mirando
que veo
y que leo
los dedos se mueven
y entonces releo
agarro un papel y escribo midiendo
los dedos de nuevo
como un abanico
pensando de nuevo que releo
y me pregunto en las letras
¿qué es lo que veo
-------------------si reveo o releo?
Y me pierdo
y muevo los dedos
y escribo en papeles
lo que se pierde
-----------------lo que se pierde no entiende
ni piensa
en mis dedos
entonces releo, susurro
------------------------como idiota.

Abro los ojos de nuevo y
---------me vuelve el alma al cuerpo
dejo el papel
a un costado
y abandono el papel
por un rato.

Vuelvo a abrir la cortina
que en nada se parece
a un telón
y qué papelón
así que perdón

por esta farsa.