miércoles, 16 de noviembre de 2011

En lo no dicho hablabas

Tus brazos colgaban como gotas de viento

chorreando en la gravedad al piso de patio

ví que pesaban sin tiempo

pero vuelven a vos

fragmentado


como la herrumbre colorada


sabés que hay distancias momentáneas

donde me paro semejante al miedo

lima el ruido la imagen de tus ojos

ríe un sonido que recuerda a otra morada

liga el momento con el otro

la sombra

o el rastro, o la nada


(no nos dimos cuenta)


diste un pasito

te diste vuelta

miraste al costado

con mirada errada

dijiste para adentro

algo imperceptible


(lo sé porque descubro

que callabas)


me cubro con el pelo la vergüenza

lo sacudo desterrando tu mirada

las lanzas en mi nuca se aceleran

para entrar en el cuerpo que entierro


para comerme el fuego y la llama


estaba oscuro, estaba solo, estaba

ruido pestaña y ojo

sincronizados y pesaban

mentían tiernamente un silencio poco,

podía detenerme y

ahí estabas


pediste por favor y lo jugaste

transformé tu imagen en balada

no hiciste más que aprovecharte

y me viste esa noche

desgraciada


perra, la noche estaba así

porque sacudo el polvo de los dedos

y traduzco tus ojos con mis manos,

los veo en verso y a mi antojo

los escribo, los reclamo, los beso:

¡NADA!


la noche es perra,

¡PERRA!

dijimos no, dijimos bien, dijimos nada,

¡NADA!

la noche es tanta

que te tapa la boca te la cierra en el exilio

escaparte correr la persiana

¡NADA!

y frágil se vierte en la jarra

el sonido del culto al olvido

pierde la noche sentido

se queda el grito clavado

en la garganta


que no dice nada


entonces vengo yo con un cuadro

de boca gruesa y colorada

a soplarte lo que da el escalofrío

a decirte

que no es tanta

la voluntad de no verte dormido

era quizás un olvido

miré para el costado y estabas.


1 comentario:

Gonzinko dijo...

Si se caía un pañuelo, retumbaba... Saludos