sábado, 3 de diciembre de 2011

Dientito de leche


Se pasó el día jugando

como si amaneciera la vida en su mirada

como una estela de alegría posada

en sus dos piernitas de nena.

Se había levantado temprano,

tenía que ir al colegio,

pensaba en quedarse durmiendo

o iría tal vez a comer algo.

Serían las dos de la tarde,

Camila seguía en la cama,

despierta del sueño la muerte

con un revuelto

de un huevo con ajo.

Desayuna y almuerza ese huevo

se viste con su ropa de andrajos

levanta la vista hacia fuera

y emprende el camino

del mago.


¡Salva la vida con suerte

la bruja está al otro lado!

Anoche se le cayó un diente

pero el conejito

no había llegado.


Camila no fue hoy a la escuela

faltó y se quedó dibujando.

se fue a recorrer un sendero después

que solita se estaba marcando.

caía la noche y estaba

el sol por atrás de los autos

Camila llevaba sus trapos

detergente, cepillo y

de a saltos entre la gente

se reía de a ratos.

Hoy estaba contenta,

estaba feliz de estar trabajando

a la luz de la tarde,

Panamericana,

paradita al lado del semáforo.

esquina adorada, pensamos

y entonces ahí empezó.


Camila se sienta al costado

espera al rojo

del tránsito

para un auto atrás del otro

(Clarita está mendigando)

Camila prepara sus ojos

los cierra y ahí está soñando:


sus piernitas, huesitos de pollo

se abren como alas de pájaro

entre un cartel de máximo ochenta

entre el palo

como bailando poledance

en un caño

parecía una criatura de circo

la niña rareza de tres patas

pero la imagen es lo que ven:


Una niña, el pavimento, y un palo,

sus piernas verticales paralelas

envuelven al cartel como trenzas

su espalda perpendicular se sostene

contra la tierra que ensucia su ropa

con su pelo suelto echado a la mugre

de los autos parados que la miran vencerse

sus muslos atrapados rozando la madera

cuadrada y larga (como un falo)

las astillitas se le clavan en los labios

la sangre empieza a caer por su pollera

se le ven las nalguitas por afuera

cuando su cuerpo se aprieta contra el palo

como un látigo el movimiento de su columna

se levanta y se corta así un brazo

que queda desplegado contra el suelo

y el otro firme

todavía agarrado,

la cabeza se da vuelta hacia atrás.


¡Contorsionista pequeña de ciudad,

Camila, que te estás entregando

a la tierra como un sacrificio

del bendito Dios Conurbano!


La sangre sigue chorreando

pasan los segundos y el semáforo

no cambia.

Tu espectáculo es una maravilla

pero el tiempo se está terminando,

¡Correte de ese palo, nena,

correte que te están buscando!

Ahí viene tu vieja Manuela

a buscarte para ir al trabajo,

vamos Camila, ¡correte!

andate y volvete saltando,

ahí vienen con una escopeta

a buscarte para ir al trabajo,

ahí viene tu vieja, Camila,

viene también tu padrastro,

saltá o volá a la vereda,

que la noche te encubre tu rastro,

nadie se entera

si te vas

hoy,

nadie se entera.


Camila,

cerrá las piernas

levantate y mirá al costado

es hora de ir a dormir

¡Ahí vienen,

escondé la herida

y salí rajando!


¡Salva la vida con suerte

la bruja está al otro lado!

Anoche se le cayó un diente

pero el conejito todavía

no había llegado.

1 comentario:

Vandal Savage dijo...

Comienzo a creer decididamente que Clara y Camila son dos nombres muy poéticos