Siembra peces en la tierra. Se asfixian, mueren y no nutren ideas, ni las viejas ni las nuevas.
Reviven entonces su sacrificio. Un instante para ellos cinco fue eficaz porque les vino la muerte.
No lo saben, pero sus escamas no son brillosas, no son verdes y ya ni son escamas.
A veces puede sentirse un "gluc-gluc" terrestre, pero será silencio.
En la tierra no respiran peces, en la tierra, sólo silencio.
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