Una línea tiesa estaba a la vista
Decidimos evacuar dudas y mirar hacia adelante, nos teníamos parados, finalmente, uno en frente del otro.
te deja el corazón de colores.
Mirarlo y pensar en marcas extrañas, sólo así puede convertirse en una herida que va naciendo para que decidas si se queda
o si no querés.
Era un sabor dulce y gris.
Ya sabíamos desde antes del primer beso que iba a ser magnífico.
Y condenadamente dulce y gris, amor.
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