Salta por una ventana como la araña
hacia el precipicio
y no le espanta en la mañana
verme enredada en un nuevo querer.
Te/ me
encanta y no descansa en la orilla
del pensamiento tuyo, o mío
tenerte entre los dedos partidos, o arrimados
obnubilado
semidespierto, o semidormido,
no lo sé.
Salta,
salta y no dice nada
el que me ve mirar tan triste.
Habla, no dice nada
el que se fue a contarse el cuentito del chamuyo
el flaquito testarudo
de la capial.
Canta, canta, canta,
dice que no dice sanata
¡Sh! No me digas nada,
que se te va a escapar,
¡ay!
como un pibito jugando en la vereda a la pelota
y la pelota salta, salta
no dice nada,
se regodea entre dolores de la adolescencia tardía
y la palabra se escapa
entredientes alta
la mayúscula alta,
la frente, no tanto:
sopla el pelo que me cae en la cara
dice que “gracias”
luego se va.
1 comentario:
Muy lindo el texto. Me gusta cuando hablan de amores... ¿O desamores?
Te paso un cuento que comparte muchas cosas con tu poema: http://egodemercurio.blogspot.com.ar/2009/06/el-abismo.html
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