sábado, 2 de marzo de 2013

Combustión espontánea



Me gustás porque sos de esas personas que odian el instagram
pero que si pudieran tenerlo lo usarían hasta el cansancio.
Me gustás porque decís que sos humilde
y no tenés problemas en gastar los fines de semana
cuatroscientos cincuenta pesos en salidas y alcohol.
Me gustás porque sos libre
de repetir cuanto afiche leas por el camino a la facultad
y sobre todo,
porque estás tan comprometido con el presente
que pensás que todo pasado fue mejor.
Me gustás porque te comprás esos lentes gigantes para demostrarlo
y decir que leés un libro que te ayuda a entender mejor el mundo
(Galeano)
pero que mientras tanto vas a cargar en tu mochila
por si acaso.
Me gustás porque me escribís que no te gusta estar atado a nada
y me lo dejás con una canción en tu muro de facebook
mientras actualizás tu estado desde el celular.
Me gustás porque sos honesto
y me decís que te guardás el cambio que no le dejás al mesero
y porque cuando hablamos de amor
me gustás más.
Cuando hablamos de amor, lo hacés con canciones, y con dibujitos de Liniers,
de esos que me gustan tanto
para no caer en el cliché.
Nos gustamos tanto más que lo que se gustan el resto de las personas
que compramos dos entradas para ir a un recital a que nos toquen
esas canciones
y podamos ser más originales
y más frescos
diciendo que nos gustamos
y nos divertimos 
pero que nada más.
Pero me gustás tanto más que eso
porque me hiciste prometer
que nunca,
nunca,
debíamos hablar de amor
porque en los tiempos que corren
el amor se corroe con la palabra 
y durante el acto mismo de decirlo
vos, que me gustás tanto
corrés el riesgo de morir por combustión espontánea
(y yo no quiero que te pase eso).



1 comentario:

olinda dijo...

espectacular. es como un neruda de ahora y posmo