sábado, 10 de agosto de 2013

Panic Attack


Ataque de pánico:
soy re moderna,
un ataque de pánico
para dejar de escribir.
Cuando vomito tiemblo
o no tiemblo,
no hago nada.
Cuando respiro tiemblo,
no respiro,
no lo sé.
Cuando escribo
vomito y tiemblo,
ahora también
literalmente
literariamente
¿a quién vas a llamar?
estás sola,
más sola que la mierda
arriba del sesenta a las seis de la mañana
y ya le dijiste a todo el mundo
que vos podías sola
hasta que tu cuerpo
tu cuerpo te dijo "nena, no".
¡Chofer, detenga un rato el mundo!
Querías casa,
tu casa,
tu encierro,
tu muro de palabras invisibles
o virtuales
o manuscritas
y pensaste en un vómito como metáfora
y lo escribiste en un texto
pero viste que dice Lacan que
la ficción tiene estructura de verdad,
entonces la metáfora se hizo efectiva
y se te aceleró el pulso
y te dolían el pecho
y los ojos
y los cerrabas y te dolían los párpados
y los vacíos
y los abrías y el mundo estaba ahí constante
igualito
sin la luz salpicada en la oscuridad del ojo
con toda la seguridad de sentirte muerta
o moribunda
o ajena,
con todo el cúmulo de cosas en la garganta,
lo que no te podés tragar,
o todo lo que te tragaste
cuando cerraste la boca y te pusiste a escribir,
y no decías nada
porque las palabras silenciosas tienen más fuego,
entonces escribí con un vómito en la calle
como cuando escribía poemas de la calle
ahora estaba el vómito material
ahí, vomitadito, sin el texto.
El vómito era el significado pleno
y la inconciencia en el piso
mirándome a la cara
preguntándome
nena,
¿qué te pasó?

1 comentario:

Jorge Curinao dijo...

Como cuando el silencio es posible y las palabras empiezan a temblar.