miércoles, 21 de enero de 2015

Calladita la boca


Los espejos y la cópula son abominables, porque multiplican el número de los hombres.
J. L. B.




Cuántas veces se puede hacer más de una vez al silencio. 
Las batallas que disputamos se resuelven cuerpo a cuerpo
aunque a veces digamos tantas cosas.

*

Veo una hora exacta en la que repetimos nuestro destino.
Sobre la realidad del asunto, no podría precisar nada.
Si querés, te beso.
Voy ciega.

*

Me pregunto también
si hay espejo.
Si volver a verte 
es esto. 

*

Dejé de lado mis ambiciones
eran pocas y me mutilaban
ahora tengo infinitas dudas
cuando no estoy dormida
sobre quién corta mi sueño.

*

Debe haber quien pueda callar estas cosas
y hará sus tareas muy bien.
Yo, a ese, no quiero conocerlo,
lo extingo. 

*
Somos sádicos
nos gusta más
vernos chorreándonos
a vos de mí
pero
a mí de vos
me duele.

*

La boca que no se abrió para decir lo que quería
ahora lo hace
como en una especie de metáfora
húmeda.

*

Mil versiones de mí misma se alzaron contra vos esa noche
me gritaron con todo el cuerpo 
y grité al sentir el tuyo
adentro de mí,
podés hablar
te movés
no querés irte
y hacemos fuerza
para sacar otras voluntades
que puedan sentir en simultáneo
todo esto.
Después diré 
que no tenía esperanzas de ser oída
ni ganas de ser otra cosa
que otro tiempo
me detiene
pero está en frente 
y me coje,
me mira.



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