Está en la estación Retiro
Quizás aún despierta la chica de ojos inmensos
Prudencia María Antonieta.
Podrías ir a visitarla
si te queda un tiempo de sobra
ella te está esperando
vestida para cualquier hora.
Prudencia María Antonieta
tendría tal vez ocho años
no recuerdo cuándo fue que la vi
por primera vez merodeando
en el parque
como un bosque primitivo
el parque como hogar imaginario.
A Prudencia le dicen María
como a la virgen que le rezan,
dicen, esos que son cristianos.
Pero ella confiesa la mala vida
como única guía en su calendario.
Prudencia escucha a Callejeros.
y viste ropas negras ajustadas
zapatillas Topper o Adidas
de lona, blancas
cordones desatados.
Prudencia entiende del mundo
como lo puede cualquier mundano
se levanta temprano para ir al trabajo
hace los deberes que le impone la vida
pero nunca,
nunca se va a dormir temprano.
Prudencia vive de noche,
y de noche se llama María.
a veces también Antonieta
dependiendo de si queda comida.
Prudencia me contó, una vez
que tal vez no tenga un rumbo fijo
pero que el destino lo tiene marcado
en el pecho como a un crucifijo.
Y si vamos a hablar de marcas,
prudencia compra en la salada.
donde todo, absolutamente todo
encuentra su mímesis rebajada.
Quería llevarte a conocerla, a María Antonieta.
O a Prudencia.
Pero hoy se la llevaron temprano
cuando casi no se oía a la noche
porque pasó un tipo en un coche
y la levantó más rápido que un rayo.
Hoy, es María Antonieta.
hija pródiga de artista.
María es comediante, dramaturga y atleta.
María sabe el abecedario
también entiende de vocales
pero si vamos a hablar de palabras
ella prefiere la lengua.
nada de irle con escrituras.
María sabe de oralidades.
Una vez fui a entrevistarla,
le había comprado un sánguche
y le expliqué que estaba investigando
sobre las mujeres en situación de calle.
le conté de la importancia
de tener sus registros orales
y ella dijo “ah, bucales”
creyendo que habíamos entrado
en el terreno léxico de los arrabales.
Le dije que no.
Repetí “orales”
Y me explicó que la lengua,
si no chupa no sirve,
que las manos que escriben
si no masturban no saben,
que los ojos cerrados
no leen nunca cicatrices.
y que las piernas que no saben abrirse
no valen nada, por mucho que anden.
María Antonieta por mucho tiempo fue mi amiga.
Yo la iba a visitar si estaba en la esquina,
Y le compraba una coca o un par de aros
Porque le tengo estima.
Deberías ir a verla a María
cómo se mueve esta actriz de primera
sus manos tan acertadas
la mirada perdida en la tuya
sí, en la tuya, cuando le pasás por al lado
ella te invita a quedarte mirando
mientras se da vuelta y entre las pocas ropas
le mirás el fin del ocaso
y pensás, “para vos tengo ésta, mamita, perra, yegua.”
Prudencia lo sabe.
Nunca fue estúpida.
Podría dar cátedra en materia de tener cuidado.
Porque sus trompas responden siempre al día
en fecha y horario.
Su método anticonceptivo
se basa en tragar siempre
y nunca quedárselo.
Al comentario.
Se entiende, ella recibe insultos
de las mujeres celosas frígidas arrugadas
y ella va con su colita turgente
sus pechos altos redondos separados
sabiendo que vale en oro por lo que se vende.
María tiene el encanto.
Lo sabe, se lava los dientes.
“Más cepilladas que sonrisa Colgate”, me cuenta
riéndose bajito, sentándose en el banco.
María tiene horas de sobra, para esperarte.
le quedan tres vestidos sin estrenar
y par nuevo de zapatillas.
Porque a Antonieta le queda toda la vida para que la encuentres.
No tiene apuro, me dijo.
“antes de que me hagan un hijo vas a ver que encuentro al valiente”.
Y hay que saber amarla a María.
Hay que tener coraje y dentífrico
hay que haber tenido guasca en la boca
para saber lo que Antonieta ya sabe.
hay que querer tenerla metida
por horas pensando en la plata
queriendo que nunca más entrara
una verga ajena en su florcita silente.
Entonces Prudencia
que también es María
Y como la reina, Antonieta
Sabe de lo difícil y lejos
Que está su príncipe valiente.
Pero le conté de vos, que ibas a buscarla
le indiqué tu coche y le conté de tu suerte.
le dije que te cobre barato.
Vos tratala como si fueras
Un pobre inexperto adolescente.
Entonces ella te va a tratar
como tu madre:
te va a amamantar por unos cobres
te devolverá al útero por uno grande
y hará de cuenta que te quiere
en realidad si te quiere…
todo esto que te dije te lo hace gratis.
Y va a pasar de virgen María a llamarse María Magdalena.
¡Puta, digamos puta, que a ella le gusta!
Nunca putita.
Por eso es capaz de bajarte los dientes
y andá a pedirle a otra la sonrisa Colgate...
2 comentarios:
Mucha lleca en este blog. Creo que llegue por "El blog que nadie lee" de Xaj
Ja, sí.
Un amigo dice que siempre escribo sobre lo mismo, falos, mujeres y poco más que eso.
Ese blog lo leo poco. En realidad leo pocos blogs.
Gracias por caer y quedarte.
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