domingo, 1 de mayo de 2011

Andá a verla a María

Está en la estación Retiro

Quizás aún despierta la chica de ojos inmensos

Prudencia María Antonieta.

Podrías ir a visitarla

si te queda un tiempo de sobra

ella te está esperando

vestida para cualquier hora.


Prudencia María Antonieta

tendría tal vez ocho años

no recuerdo cuándo fue que la vi

por primera vez merodeando

en el parque

como un bosque primitivo

el parque como hogar imaginario.


A Prudencia le dicen María

como a la virgen que le rezan,

dicen, esos que son cristianos.

Pero ella confiesa la mala vida

como única guía en su calendario.


Prudencia escucha a Callejeros.

y viste ropas negras ajustadas

zapatillas Topper o Adidas

de lona, blancas

cordones desatados.


Prudencia entiende del mundo

como lo puede cualquier mundano

se levanta temprano para ir al trabajo

hace los deberes que le impone la vida

pero nunca,

nunca se va a dormir temprano.


Prudencia vive de noche,

y de noche se llama María.

a veces también Antonieta

dependiendo de si queda comida.


Prudencia me contó, una vez

que tal vez no tenga un rumbo fijo

pero que el destino lo tiene marcado

en el pecho como a un crucifijo.


Y si vamos a hablar de marcas,

prudencia compra en la salada.

donde todo, absolutamente todo

encuentra su mímesis rebajada.


Quería llevarte a conocerla, a María Antonieta.

O a Prudencia.

Pero hoy se la llevaron temprano

cuando casi no se oía a la noche

porque pasó un tipo en un coche

y la levantó más rápido que un rayo.


Hoy, es María Antonieta.

hija pródiga de artista.

María es comediante, dramaturga y atleta.


María sabe el abecedario

también entiende de vocales

pero si vamos a hablar de palabras

ella prefiere la lengua.

nada de irle con escrituras.

María sabe de oralidades.


Una vez fui a entrevistarla,

le había comprado un sánguche

y le expliqué que estaba investigando

sobre las mujeres en situación de calle.

le conté de la importancia

de tener sus registros orales

y ella dijo “ah, bucales”

creyendo que habíamos entrado

en el terreno léxico de los arrabales.

Le dije que no.

Repetí “orales”

Y me explicó que la lengua,

si no chupa no sirve,

que las manos que escriben

si no masturban no saben,

que los ojos cerrados

no leen nunca cicatrices.

y que las piernas que no saben abrirse

no valen nada, por mucho que anden.


María Antonieta por mucho tiempo fue mi amiga.

Yo la iba a visitar si estaba en la esquina,

Y le compraba una coca o un par de aros

Porque le tengo estima.


Deberías ir a verla a María

cómo se mueve esta actriz de primera

sus manos tan acertadas

la mirada perdida en la tuya

sí, en la tuya, cuando le pasás por al lado

ella te invita a quedarte mirando

mientras se da vuelta y entre las pocas ropas

le mirás el fin del ocaso

y pensás, “para vos tengo ésta, mamita, perra, yegua.”

Prudencia lo sabe.

Nunca fue estúpida.

Podría dar cátedra en materia de tener cuidado.

Porque sus trompas responden siempre al día

en fecha y horario.

Su método anticonceptivo

se basa en tragar siempre

y nunca quedárselo.


Al comentario.

Se entiende, ella recibe insultos

de las mujeres celosas frígidas arrugadas

y ella va con su colita turgente

sus pechos altos redondos separados

sabiendo que vale en oro por lo que se vende.


María tiene el encanto.

Lo sabe, se lava los dientes.

“Más cepilladas que sonrisa Colgate”, me cuenta

riéndose bajito, sentándose en el banco.

María tiene horas de sobra, para esperarte.

le quedan tres vestidos sin estrenar

y par nuevo de zapatillas.

Porque a Antonieta le queda toda la vida para que la encuentres.

No tiene apuro, me dijo.

“antes de que me hagan un hijo vas a ver que encuentro al valiente”.

Y hay que saber amarla a María.

Hay que tener coraje y dentífrico

hay que haber tenido guasca en la boca

para saber lo que Antonieta ya sabe.

hay que querer tenerla metida

por horas pensando en la plata

queriendo que nunca más entrara

una verga ajena en su florcita silente.


Entonces Prudencia

que también es María

Y como la reina, Antonieta

Sabe de lo difícil y lejos

Que está su príncipe valiente.


Pero le conté de vos, que ibas a buscarla

le indiqué tu coche y le conté de tu suerte.

le dije que te cobre barato.

Vos tratala como si fueras

Un pobre inexperto adolescente.

Entonces ella te va a tratar

como tu madre:

te va a amamantar por unos cobres

te devolverá al útero por uno grande

y hará de cuenta que te quiere

en realidad si te quiere…

todo esto que te dije te lo hace gratis.

Y va a pasar de virgen María a llamarse María Magdalena.

¡Puta, digamos puta, que a ella le gusta!


Nunca putita.

Por eso es capaz de bajarte los dientes

y andá a pedirle a otra la sonrisa Colgate...

2 comentarios:

Gonzinko dijo...

Mucha lleca en este blog. Creo que llegue por "El blog que nadie lee" de Xaj

Quappi dijo...

Ja, sí.
Un amigo dice que siempre escribo sobre lo mismo, falos, mujeres y poco más que eso.

Ese blog lo leo poco. En realidad leo pocos blogs.
Gracias por caer y quedarte.