martes, 26 de febrero de 2013

Escena en la puerta de un tenedor libre coreano en San Fernando



Te sentaste en el cordón de la vereda, changuito mío,
me ofreciste un cigarro pero yo no sé fumar
me dijiste cosas que no me acuerdo
y mientras yo miraba al cielo
que empezaba a aclarar
era mañana
y me decías cosas que no me acuerdo
y te miraba la boca
y entre sueño y sueño
te dabas vuelta y te reías
con tu espalda ancha en perspectiva
y te ponías a cantar.
El rocío de la madrugada
nos levanta el ánimo
y nos palmea el hombro
porque huele a nostalgia
y a mañana húmeda
y a encuentros fortuitos
y al paso del tiempo
y a desconocer el tiempo
y el espacio
y las calles
que dan a la vereda
y la noticia
la cruel noticia
y el nervio del ojo
y el lagrimal
y las pupilas
y las pestañas
y los párpados
y la lágrima
la lágrima
la otra lágrima,
la mía;
cararrota,
infeliz,
impresentable.

2 comentarios:

A girl called María dijo...

hey, me gustó mucho <3

Quappi dijo...

No vale, a vos siempre te gustan mis garabatos <3