la remera torcida,
la camisa arrugada,
las medias corridas,
la carita asustada:
soy la miseria que nos parió.
El parcial hecho a medias,
la edición más barata,
la comida recalentada,
el sexo débil;
tenía el sexo reflojo
y unos cuántos lápices quebrados en la cartera.
Siempre llego tarde,
nunca como bien,
mi celular tiene la pantalla al revés
y te espanta.
Tengo a veces la mirada tan tierna
que da miedo mirarla.
Tengo a veces la ropa tan arreglada
que da miedo tocarla.
Tengo a veces la palabra tan justa
que da miedo escucharme.
Tengo siempre una soledad
tan enorme
tan enorme
que da pena arruinarla.
Cuando cuento estas historias con imágenes
es más fácil
porque los recuerdos son siempre fotos
los pensamientos son siempre palabras
y la escritura
es la peor excusa
para tragarme
bien adentro
bien adentro
todo mi habla.
Soy un cacho de abrazo
y en una cadera
tengo
toda la miseria
toda la miseria
que nos quedó.
1 comentario:
que triste, flor. Pero los poemas más tristes son los más lindos
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