domingo, 28 de julio de 2013
Flujo verbal
Tengo el sexo lleno de palabras
flujos verbales
y besos que declinan
de forma irregular.
Me gusta así,
la ironía del tacto
la poesía del cuerpo
la violencia metida en los ojos
las piernas que jadean
participios infértiles
las manos que se agarran de las caras
contra el pecho
como si nos tuviéramos muertos
estrangulándonos.
No te extrañes si me ves
quietita callada
roja.
Son voces que se acercan
y me llevan rozándote a vos.
Después muerdo tu lengua
con la honestidad del espasmo
más predecible
y los labios se erizan de secos
y hay un ruido bombeante
que nace de la voz que ruge.
Los dedos son la orgía
que dispara hacia el punto de fuga,
no tengo un punto ge.
Por eso siempre vuelvo a la lengua:
tengo el sexo lleno de palabras
y el poema está
en tu boca,
la que mejor
chupa
mi flujo verbal.
.
jueves, 25 de julio de 2013
El ángel exterminador
Me siento confuso. ¿Qué sucede aquí?
No sé cómo hemos podido llegar a esto,
pero todo tiene sus límites.
"El ángel exterminador" (Luis Buñuel, 1962)
No sé cómo hemos podido llegar a esto,
pero todo tiene sus límites.
"El ángel exterminador" (Luis Buñuel, 1962)
¿Hay algo
más sincero que la poesía? Yo me pregunto a veces si las palabras que terminan
versificadas en un poema no son más que intentos desesperados por ayudarte a
comprender el mundo. No sé por qué querés entender a las personas, no sé por
qué elegís que yo me meta en tus asuntos, pero de una manera u otra, terminás
escribiendo sobre eso.
Las emociones son un universo distinto, donde
uno puede pasar y saludar, o quedarse perdido bastante más tiempo. Lo mismo
pasa con los colectivos. Los esperamos bajo la noche y el frío, un rato hasta
que pasan y los tomamos, o dejamos pasar varios, nos prendemos un cigarrillo y
el calor entre los dedos se enciende como un reloj marcha atrás, vemos las
puertas cerrarse y abrirse, los motores rugir como máquinas también del tiempo,
y la elección de tomarlos es solamente nuestra.
Y eso nos
pasó varias veces. Las otras veces que nos veíamos, también eran así. ¿Qué te
trajo hasta mi cama, pequeña? ¿Seguimos
en la película? ¿Te puedo abrazar? Yo digo que nos sigamos viendo, hasta que
nos lastimemos. En ese caso, no tendríamos que vernos más.
Si me
preguntás qué viene primero, el arte o la experiencia, yo no sé qué contestar.
Hay arte si hay experiencia, pero también hay experiencia artística, y se
parece mucho a lo que hacíamos cuando charlábamos en las paradas de colectivos,
sabíamos que estábamos nutriendo un artefacto maligno, una máquina de
descifrarnos. Lo que pasa es que te estoy educando. La literatura es el único
espacio en donde uno puede decirlo todo. ¿Y sabés quién dijo eso? Derrida.
Todas las
mujeres a las que me acerco, salen lastimadas. Hay cosas en las personas que
resultan inexplicables cuando las miramos fijo. Creemos que entendemos todo,
racionalizamos y damos soluciones, pero son tremendamente misteriosas. Ese es
el efecto que causás y me encanta tu enigma, me encanta cómo contestás, sos
impredecible. Pero te saqué la ficha al toque, desde el primer día. El secreto
que habías escondido entre tus dientes y mi cuello, entre tus uñas y mi
espalda, entre tu mano y mi cara cuando me echabas contra el sillón, o la cama,
y despacito me dejabas acercar a tus entrañas furiosas que estaban tibias y
sensibles, y notando mi respiración desde mi boca, te metías como por un túnel
y seguías buscándome a mí dentro de mí mismo, donde no cabía más nada.
Cosita, el miércoles me tuve que ir más temprano porque me peleé con mi Hada Madrina, ya lo sé, te habrás enojado conmigo pero quería que supieras que tu mensaje lo recordé. Vamos a vernos pronto, en la medida en que mi trabajo lo permita. Tengo ganas de verte y que te quedes a dormir, tengo otro desafío nuevo para vos y me gustaría verte con el disfraz. Por cierto, sentarme al lado tuyo fue divertido. Sos graciosa. Te quiero.
Cualquiera
que sea el motivo, siempre va a haber una excusa mejor para retrasar el momento
de subirte al sesenta. El frío está calando los huesos, casi siempre lo mismo,
¿me das la mano? ¿te puedo acariciar? ¡Cómo te gustan los mimos! ¡Es increíble!
Me gusta estar con vos. Sos como un gatito. Te quiero cuidar.
Algo del
orden de la expresividad desmedida tenía que ver con nuestras conversaciones y
nuestros encuentros. La piel era el espacio más habitable de toda la habitación
y la conversación era la cosa más inevitable cuando venías a casa. Tenemos un
sexo cósmico.
Pero no
podemos ser pareja. No podemos tener ningún compromiso. Quiero que te pongas de
novia con algún chico, mejor. Y a esa mina me la quiero coger, me la quiero
garchar primero que nadie, y la quiero tirar contra la pared y romperle todo,
¿te imaginás? Propongámosle un trío, yo creo que le va a gustar, a mí me
encantaría, me la quiero re bajar, y coger, me la quiero re coger a ella y a
vos, Cosita, ¿entendés como es? Es que me encanta estar con vos, sos muy
sexual, aunque me da ganas de acariciarte, eso no me pasa con todo el mundo, ni
siquiera con las otras minas con las que me acuesto, me hacés sentir eso, ganas
de acariciarte, y cuidarte, porque me gustás. Sos tremenda, ¿sabías eso? Sos
una pendeja de mierda, vení a recitarme poesía al oído, dale, me encanta el
sexo con vos. ¿Te pusiste de novia con el de derecho? No te enojes, Cosita, es
lo más romántico del mundo querer que te pongas de novia con otra persona, me
gustaría verte de novia, sabés, tenés que buscarte un novio que te acaricie,
¿ves cómo te gusta que te acaricien? Es incríble lo que te encantan los mimos,
te quedás quietita y acurrucada, sos una cosita tierna. Quién hubiera dicho que
detrás de esa actitud de chica mala iba a estar esta cosita. Dale, ponete de
novia, que sos linda y vamos a vernos en paradas de colectivos porque es
romántico y es más fácil conversar. Yo te quiero educar, el frío del invierno
saca nuestras mejores charlas, y quiero
tenerte así personificada para mí, quiero que me digas lo que pienso y quiero
que te quedes quietita. Haceme sentir querido, haceme sentir persona. No quiero
que me gustes pero como somos personas voy a acompañarte hasta que te vayas.
Hoy tuve
un mal día, pequeña. Veo que pasan los días y no sé cómo salir de mi casa.
Quiero tener las cosas claras, y no sé por dónde empezar. Siento que exploto, o
que subo muy alto y después bajo muy lejos. Me gustaría tenerte acá al lado
para que hablemos, tengo ganas de verte, ¿cuándo venís a casa? Acordate que me
tenés que regalar el cuadro que me prometiste, no quiero más poemas. Estoy
cansado. Quiero parar. ¿Cómo se hace para parar? Quiero dejar de ser Don
Draper, Cosita, ya no soy más el ángel exterminador, pero no sé cómo parar.
¿Qué se hace? Me estoy por ir a dormir y no dejo de pensar en lo que va a pasar
mañana, quiero estar en paz. Quiero parar el mundo y tocar el timbre y bajarme,
pero no me sale. Ser adulto es un bajón. No quiero hablar diferente, odio
vestirme con trajes, tengo uno solo además. Ser adulto es difícil, hay que
reorganizar todo, y aceptar una existencia en la que tenés que dudar de todo
lamentablemente. No me creas, Cosita, no me creas nada.
Me gustan
nuestras conversaciones. No sé siquiera por qué no puedo dejar de escribirte. A
veces hay mucho drama, pero nos gusta eso, ¿no? Me conectás. Me conectás a 220,
el otro día cuando te decía que el único mundo verdadero es el de las
emociones, lo entendiste perfectamente, eso es porque conectás a las personas,
¿no te das cuenta? Me hacés sentir cosas, sos una pendeja tremenda, además me
encanta tener sexo con vos, ¿cuándo nos vemos? Vení mañana. Vas a venir mañana,
ya lo decidí.
Cuando
entiendas que yo tengo el poder, vas a llevarte mejor conmigo. Soy el adulto,
te lo digo porque te quiero. Cuando entiendas que vos hacés lo que yo digo, vas
a saber cómo actuar. Tenés que empezar a verlo, Cosita, se hace lo que yo
ordeno, y cuando te digo “nos vemos” vos me vas a decir que sí. Estuviste,
cuánto, ¿dos semanas esperando el colectivo en el frío? Sos una pendeja muy
grosa, pero el que tiene el poder soy yo. Es que es así, es algo natural, a
donde voy, siempre tengo el poder. Y no podés contra eso, y te quedaste
esperando el colectivo conmigo, ya sé, me victimizo, mucho drama, ¿no? Un poco
de tierno tenía todo, pero vernos en las paradas de colectivo era un garrón.
Sin embargo hacías lo que yo te decía, yo quería tirarme encima tuyo y sé que
vos también, y yo no lo hacía porque no entendía nada, y me estaba probando no
hacerlo, pero vos no lo hacías, me hablabas de los muros invisibles y yo tenía el control. Pero esto es lo que me
provocás. Quiero ser tuyo. Quiero ser de tu propiedad. Quiero ser tu esclavo.
No sé qué
me pasa con vos, no sé qué es esta relación extraña que tenemos. Pero no te
enamores de mí, ¿eh? Si te enamorás de mí, te voy a mandar a la mierda, y yo quiero
ser tu amigo. Aunque tengamos una relación extraña. ¿Podríamos darle alguna
forma? Pero sin ser pareja, yo quiero verte y me encantás, me gusta dormir con
vos. Te extraño. Pero no te enamores de mí, Cosita, por favor te lo pido, no te
vayas a enamorar.
El otro
día te tuve miedo, sí, sos tremenda. No sé si miedo; respeto, cuando decís
algo, me sale respetarlo, aunque al otro día te hable como si nada y haga lo
que quiera, vos también hacés lo que querés, me decís que llegás a las ocho
pero vas a venir a la hora que se te antoje. En cambio yo te tengo un poco de
miedo y de respeto, por eso si me decís que no te tengo que hablar, no te
hablo, y no te hablé, ¿te diste cuenta? Te respeté tu espacio, porque te tengo
un poco de miedo, y eso me gusta de tu personalidad. Entonces te vine a esperar
acá, a la parada de colectivo, porque sabía que ibas a estar, pero si querés
que me vaya me voy. Iba a tomar algo con unos amigos, pero tenía ganas de
verte, te extraño. A veces cuando te enojás no te entiendo, te ponés refuriosa
y me cuesta saber qué te pasa. Es que ponés esa cara, una cara de estar odiando
y disfrutando el momento al mismo tiempo, como hacés ahora, me mirás y yo no sé
si me tengo que ir o me tengo que quedar, ¿qué hago? Quedan pocos días de
colectivo obligado, cuando dejemos de vernos en paradas de colectivo, ¿te puedo
venir a buscar acá? Yo sé que todos los viernes vas a estar en Cabildo y
Juramento esperando el sesenta y yo te voy a venir a buscar y vamos a charlar,
o si no te gusta lo del colectivo, podemos ir a tomar algo a un bar. No sé, es
ridículo, es una idea, quiero que nos sigamos viendo. Pero qué relación, qué
tipo de relación podemos tener nosotros. Yo estoy en un momento extraño de mi
vida, y vos tenés que hacerme caso, te tenés que poner de novia y dejar de
verme, ¿para qué querés estar con un tipo como yo? Te rodeás de gente
depresiva, ¿te diste cuenta que tenés amigos todos locos o depresivos? Vos no
sabés cómo soy en realidad, mi vida es un caos, no me conocés, pero es raro, porque
hace poco que nos vemos y me conocés mucho, es increíble como ves tanto, ¿cómo
hacés para ver tanto? Yo no digo que seas como un espejo, no quiero que pienses
eso, no sos un objeto para mí, Cosita.
Pero dame la mano, dale, somos personas, ¿te puedo educar?
La
primera vez fue la única vez que tuvimos sexo racionalmente. Después se fue
todo al carajo.
Estoy
cocinando milanesas. No sé si te enoja, es mi quehacer cotidiano. Me gusta
compartirlo con vos, ¿te enoja? Somos amigos. Pero te quiero. Hoy estoy
cansado, decidí resolver mi historia y quiero estar bien. Pero para eso tengo
que estar solo, no podemos compartir nada. Quiero saber qué te enoja. Hoy me
crucé con una mina que no veía hace años, está refuerte, le pedí que se case
conmigo, y me dijo que sí. Es que se me da fácil esto con las mujeres, tengo
mucha suerte con las mujeres. Porque soy lindo. ¿Vos tuviste sexo el fin de
semana? ¿En qué anda todo con el abogado? Me dijiste que te gustaba. Vos me
gustás. Desde mi ex que no me gusta nadie como vos, sos linda. Pero no podemos
tener una relación, Cosita. Dejemos pasar un tiempo, a ver qué pasa. Va a ser
lo mejor.
Estaba de
muy mal humor, qué bueno que viniste. Me hacés bien. Me gusta verte, sos lo
más, ¿sabías? Ya sé que te molesta que te diga así. Me gusta hacerte enojar,
despeinarte, moverte el flequillo. Dame un beso. ¿Por qué no me querés dar un
beso? Siempre hacés lo mismo, ¿te lo tengo que dar yo? Mirá lo que hacés
conmigo, sos una pendeja tremenda, ¿quién era tu amiga, de la que me decías?¿Está
buena? Decile de hacer un trío. ¿Te puedo abrazar?
Me
calentás, quiero hacer lo que vos digas, quiero responder a tus órdenes. Me
calentás, pendeja, ¿no te das cuenta? A veces pienso que soy un objeto para
vos, no sé si te gusto realmente, pero me recalentás, me encanta coger con vos,
sos tremenda, y encima tenés veintitrés, a los veintisiete vas a ver cómo te va
a gustar tener un látigo en la mano, y vas a ser imparable, sos muy grosa,
escribís muy zarpado, no le digo halagos a todo el mundo, sólo cuando son
merecidos, y escribís muy bien, y me encanta cómo pintás, me tenés que traer tu
cuadro, en serio te digo, quiero ser tuyo, hacer lo que me digas, porque me
gusta estar con vos, y es lo que me producís. ¿Me chupás un poco la pija?
Quiero sexo oral.
Te
encanta la lucha por el poder. Siempre querés tener el poder, pero más te gusta
luchar por eso, es increíble. ¿Querés cerveza? Dale, drogate un poco, te quiero
ver desordenada, nunca te ponés en pedo vos, el porro no te hace nada. Yo fumo
un poco y me pega en seguida, te debés estar riendo de mí. Escuchá este tema,
esto es música de la era de la música, vos sos muy chica, seguro no entendés.
Pero te estoy educando en esto también, ¿lo conocías? Bueno, pero seguro vos no
creciste con esto, dale, drogate más así te veo desestructurada y linda. ¿Me
das un beso? Pero no me muerdas, está prohibido morder. No me muerdas, porque
me gusta. Me encanta. Me encanta que hagas eso. ¿Cómo sabías, pendeja?
Escuchá
las sirenas. Es porque se acercan las elecciones. Cuando yo sea gobernante de
todo esto, voy a prohibir las sirenas, y se va a hacer todo como yo diga.
Vamos a
vernos el fin de semana, porque antes no puedo. ¿Por qué no confiás en mí?¿Qué es lo que no me creés? No
logro entender por qué te ponés así. Vas a hacer lo que vos quieras conmigo.
Pero nos vemos el finde, antes no. Vas a tener todo el poder sobre mí. Pero no
vamos a tener un compromiso, nunca lo tuvimos, nunca lo tendremos. Vas a saber
lo que es tener el dominio total sobre una persona. Pero de mí, no vas a tener más nada.
Puede ser
que me contradiga, nunca dije que no tuvieras razón. En lo que te equivocás es
cuando decís que no te quiero, sí te quiero, somos personas, ¿cómo no te voy a
querer? ¿No querés vos a la gente con la que pasás tiempo? Vos sos linda, ¿cómo no te voy a querer? Además me gusta cómo sos, sos lo más. Pero lo
único que temo es cuando escribís. Tengo miedo de levantarme un día y
encontrarme con un poema que diga absolutamente todo lo que hicimos anoche y no
pueda entrar más a dar clases. Eso sería terrible. Es que sos poderosa, y tenés
que aprender a controlar tus poderes, eso hacen las heroínas. Por eso tengo
miedo, es lo único a lo que le tengo miedo. Pero te permito que escribas sobre
esto.
Somos
amigos. Llegué a esa conclusión, somos amigos. Ayer hablé con mi ex. Mañana veo
a mi futura esposa. En un rato tengo que ir a comprar a la avenida, avisame
cuando estés viniendo. Pero eso es bueno, que seamos amigos. ¿Qué pensabas que
iba a pasar? ¿Te enojaste, Cosita? Bueno, te entiendo. Nunca dije que fuera a ser diferente. En el fondo te quiero seguir
viendo, pero no me voy a morir si no lo hacemos. Me gustás y quiero dormir con
vos, pero me da lo mismo si es hoy o mañana. Quiero tenerte para mí, y quiero
ser tuyo, pero no vamos a estar juntos. Y me hubiera gustado que me conocieras
en otra época. Porque el cuento que escribas va a ser terrible.
martes, 23 de julio de 2013
Escrito oral
Más violento que el golpe es el grito.
El grito pelado
el grito seco
el grito despacio es gemido
el grito porque sale de adentro,
el que te estrangula
porque es arte.
ARTE,
un pedazo de carne propia entrando y saliendo.
El grito es todo lo que tengo,
no éramos felices,
más bien amargos;
no estamos habilitados
para decir amor.
¿Quién lo dice,
quién carajos?
Entonces grito.
Grito de dolor,
de placer,
de libertad
grito con cada verso berreta
que no estoy habilitada para querer nada,
todas huevadas,
¿Quién dijo que para querer no hay que explotar un poquito,
manejar un cachetazo,
un cross en la mandíbula,
una palabra sincera y una verdad desmedida?
Como no hablo lo grito,
cuando no hablo y mi boca está abierta te gusta
pero cuando me canso de estar reventando
cuando me pongo a chupar de las palabras
que salen de tu boca
como si estuviera revolviendo en la basura
y encuentro estas pobres mugres
y me raspan;
resisto:
más violento que el silencio es lo escrito.
Te excita mi grito
escrito
oral.
domingo, 21 de julio de 2013
Per aspera ad astra
De modo que ningún mortal puede considerar a nadie feliz con la mira puesta en el último día,
hasta que llegue al término de su vida sin haber sufrido nada dolorso.
.
Polvo de estrellas
mi noche es un rejunte de polvos malheridos.
Tengo una memoria hostil
y un cuerpo en llamas
una cara siniestra y pálida.
Soy adicta a las contradicciones
o a los contrastes
o a los opuestos.
Por eso digo que el polvo de estrellas
es mi hálito
mi alma.
Quiero seguir con este ritmo
y llenármelo de dolores nuevos.
El polvo de estrellas es mi esperanza,
lleno de súplicas en un cielo de invierno.
Mis palabras son malas palabras
mi boca es una cloaca
mis manos son un juguete del morbo
y mis piernas una fresca sin marcha,
llename de polvo de estrellas
hasta el cielo
el infinito;
siempre sufrí porque lo elijo,
mi verdad son estas rabias pequeñas.
Cuando veo una mueca en mi cara
se convierte en sonrisa perversa
siento crecer una destreza
oral,
siempre oral y de mi boca.
Voy a quedarme a sacar fotos
de este día,
el del frío de mierda;
de cuando salí a la calle
y el cielo estaba oscuro como la calle misma
y yo caminaba sola con mis polvos salvajes
raspándome en la entrepierna.
Quiero amor del que duele
quiero ser heroína:
voy a tener sexo con todos los dioses
y de la fricción
voy a juntar
mi polvo de estrella,
después lo voy a meter en un frasquito de crema
y lo voy a usar como rubor en mis mejillas
para salir a buscar
otra luz de navaja fría.
jueves, 18 de julio de 2013
Acompañante terapéutica
El informe final dice
que las tazas quedaron manchadas
o mala leche.
la caja de forros vacía
mi cuadro colgando en tu pared amarilla.
Menos mal.
Es decir,
que se quede todo quietito
tengo miedo de mover un dedo
y activar un orden irreversible:
no sé si soy el personaje o el médico
de Dr. Jekyll y Mr. Hyde.
Pero la obra está completa.
Yo apoyaba mis pies por un
camino de brasas
-soy valiente
y poeta-
las palabras también tienen un fuego
que me encanta.
Sucede a la mañana
siempre que observo
los restos del desastre emocional
las bombachas sucias
el delineador perdido en las mejillas
junto con el bretel del corpiño arrancado
y tu labio
mordido
sangrando.
mordido
sangrando.
Pero hay otro efecto:
el cuerpo es inerte y resiste.
Las bocas no sólo
chupan
besan
también dibujan
y hieren.
Los labios no cargan
labios
para cerrarse
o abrirse
ni músculos
para amenazarme
de muerte.
para amenazarme
de muerte.
Hubo un momento
en que el rostro cambió de vida
y me asusté.
Busqué en mil manuales y hasta
le otorgué razones mágicas
y sobrenaturales;
tampoco un ángel
caído.
tampoco un ángel
caído.
¿Era psicopatía,
esquizofrenia?
esquizofrenia?
Soy sólo una
acompañante terapéutica:
no soy tan brava
ni tan fuerte,
menos mal.
Porque así reconocí mis debilidades
mi bombacha floja
mi predilección por los precipicios
mis ganas de verte.
Después me noté tambalear un toque
pero no dejé que me caiga:
soy una profesional.
Vos dame trastorno de personalidad
psicosis
delirio
ansiedad
dame con todo
lo que tengas
que transformo los males de este siglo
y de tus décadas
en arte arte arte.
Pero no me quieras
intercambiar por el loco
para escapar de la clínica.
Porque
lo único seguro
es que no saliste de un universo distinto
ni de un útero enfermo:
también descubrí
también descubrí
que sos un personaje siniestro,
como los de los libros.
A veces, cuando somos personas
no nos damos cuenta
de la ficción en la que estamos inmersos.
Pero cuando la cosa se pone extraña
y roza lo fantástico
y se desorbitan los ojos
y tenés pesadillas
y no entiendo tu lengua
y me asusta verte,
sos un monstruo, no un paciente.
Y yo, que era una acompañante terapéutica
necesitaba quedarme apenas
con el diagnóstico por escrito:
Egodistrónico.
No sé si psicosis o cobardía
o mala leche.
martes, 16 de julio de 2013
Hasta Tinelli y el Maipo
Hasta Tinelli y el Maipo no paro,
no paro no, no paro, porque es mi lugar.
Estar en Vedetisima, tener mi sex-toy
como Moria Casán.
Se los dije que iba a llegar.
-Zulma Lobato-
Descubrí que muchas personas me leen en lo que va de la existencia
de este nidito de amor y letras.
Hoy, quiero dedicarles este triunfo de la escritura, a ustedes que están ahí
Hoy, quiero dedicarles este triunfo de la escritura, a ustedes que están ahí
incondicional
o condicionalmente
a mis lectores
-a mis fans-.
Los que encuentran en su inicio de facebook el link, y entran.a mis lectores
-a mis fans-.
Los que entran porque un amigo puso "me gusta" en una entrada.
Los que encontraron abierto el blog en la casa de un amigo y colgaron leyendo.
Los que creyeron que era un blog con fotos de mis tetas.
Los que cayeron googleando las obras de Max Beckmann .
Los que me escucharon recitar en alguna lectura de poesía.
Los que buscaron mi blog en google porque se los recomendaron.
Los que saben que escribo y me piden el blog.
Los arties que estudian fotografía o diseño gráfico o cine.
Los filósofos.
Mis mejores amigas que hacen terapia y después me comentan "es-tal-cual".
Mis mejores amigas que no hacen terapia y después me preguntan "¿es-tás-bien?"
Mis mejores amigos que están friendzoneados y después me dicen "qué hija de puta".
Mis mejores amigos que nunca me tiraron onda y después me cargan porque los deliré.
Los que entran porque me bancan con cada gilada que escribo y me quieren mucho.
Los amigos de amigos que entran para adivinar a quién me garcho.
Los que entran a ver si escribí sobre cuando me los garché.
Los que entran para seguir el "momento a momento" de mi estado cuando terminé con alguien.
Los que entran porque saben con quién me acuesto y quieren saber detalles.
Los que entran pensando que escribo sólo sobre chongos y después divulgan rumores falsos.
Los que entran porque le pasaron el link diciendo "leé esto que está hablando de Fulano".
Los que quieren adivinar tamaños y resistencias.
Los que están desesperados por saber mi actual estado civil.
Los usuarios de Forofyl.
Los que me stalkean.
Los exs que buscan SU poema para contarle a sus amigos que una chica escribió sobre su pito.
Los exs que buscan SU poema para bloquearlo en su servidor de internet y no leerlo nunca jamás.
Los que se enamoraron de mí y necesitan leer cada entrada esperando encontrarse.
Los que se acostaron conmigo y nunca más, pero les divierte el morbo si hay algún guiño en algún verso.
Mi hermana Valeria cuando escribo algo "romántico".
Mi mamá, hasta que encontró un poema con alguna alusión al ser madre, y no entró nunca más.
Mis compañeros de secundaria, que se acuerdan que escribía en el colegio y ahora piensan que soy una sexópata.
Mis alumnos de sexto año que dicen que es como un decálogo del sexo y algunos, más hormonales que otros, que entran desde el celular en clase.
Mis alumnas de Humanidades, que piensan que mis poemas son una especie de turismo aventura.
Mis alumnas de Humanidades, que piensan que mis poemas son una especie de turismo aventura.
Mi psicóloga, que después me da con un caño en terapia.
Los profesores cachondos que entran porque me quieren sacar tema de conversación para levantarme y decirme "qué lindo...que escribís."
Los profesores correctos a los que les pedí por favor que me ayuden a editar un poemario.
Los profesores modernos que entran a ver si escribí un poema sobre cuando tuvimos sexo.
Los profesores buena onda que me leen porque se lo recomendaron otros alumnos.
Algunos compañeros de trabajo, que entran por curiosidad y después no me pueden mirar a la cara de la verguenza.
Otros compañeros de trabajo, que entran porque les pedí, y se matan de risa.
Un grupo de chicas que no conozco, ni sé cómo llegaron a mi blog, pero me siguen a todas partes.
Las feministas que encuentran algún efecto narcótico en poemas que tratan particularmente sobre hombres.
Los machistas que encuentran algún argumento para martirizarme.
Los otros poetas que entran porque les dije que era poeta y los estaba cargando.
Los que cayeron como conejitos porque les dije que había una zanahoria en esta entrada.
Los que creyeron que estaba escribiendo sobre ellos.
Los que saben que escribo sobre todo.
Los que entienden que escribo por necesidad y no tengo mucha opción al respecto.
Los que van a recordar este post y se van a reír más tarde.
Los que lo cerraron cuando empecé a hablar de pitos.
Los que lo siguieron leyendo para ver si los nombraba.
Y quedarán seguramente algunos que todavía no se sintieron aludidos,
Y quedarán seguramente algunos que todavía no se sintieron aludidos,
pero tiempo al tiempo:
Hasta Tinelli y el Maipo, no paro;
no paro.
Es decir, que para leerme
primero tenías que ocultarte,
Pero si te gusta,
Pero si te gusta,
Cogote.
(leerte) te encanta.
viernes, 12 de julio de 2013
Compilación de lecturas
Lo que me llega a la casilla de mail sobre el blog en el que escribo:
"más Letras que Artes, diría, más Bukowski que Copi."
***
"Digo el del "cortado sin leche con azucar" y el del bife de chorizo. Dicho así, parece que reduzco todo a comida."
***
"Es una estética de la impotencia."
***
"La vida de las poetas es dificilícima."
***
""Mejor suerte" es la primera aceptación generosa de una queja masculina en lo que va del siglo XXI."
***
" Sólo por una cuestión gremial voy a pedir que los pitos tengan mejor suerte en tus poemas. Los pitos la pelean como cualquier ser humano."
*
miércoles, 10 de julio de 2013
Comprar, comer, coger
Apurarse, rápido, lo vale,
todo lo vale,
queremos apurarnos y comprar, comer, coger
rápido, queremos hacerlo rápido,
queremos hacerlo todo el tiempo,
y queremos comprarnos, comernos, cogernos.
¿Adaptarse, aplastarse, deleitarse?
¡no hay tiempo!
quiero comprar, comer, coger;
quiero la solución en el acto.
No quiero gastar plata
ni engordar kilos
ni acabar pronto:
quiero comprar, comer, coger;
quiero un látigo en la frente,
un dolor efímero
un susto espontáneo,
quiero desearte tan rápido,
que prefiero comprarte, comerte, cogerte,
te quiero de mi propiedad,
y que digas que sos mío
te quiero en mi boca,
y que te deshagas en mi saliva
te quiero en mi sexo,
y que te excites con mi imagen
como si fuera una estrangulación en vivo y en directo,
quiero un choque de trenes con mil muertos,
quiero una revista de mujeres anoréxicas
y un atado de cincuenta cigarrillos.
Quiero comprar, comer, coger,
quiero un jean de seiscientos pesos
y zapatos de mil mangos
quiero chocolate, café, empanadas,
pero sobre todo,
quiero garcharte hasta que me digas basta.
También quiero atarme una soga a la cintura
y que me quiebres el cuerpo en dos pedazos
quiero anhelo
azar
sorpresa
quiero estar despierta en un choque de autos,
quiero enchastrarme el cuerpo con crema para manos,
o con guasca,
quiero tirarme la sopa en la pollera
y quedarme con la tarjeta sube sin saldo.
Quiero que acabes conmigo al mismo tiempo
y quiero esperar ese momento
como si estuviera lloviendo
o llorando.
Quiero ansias de cerdo.
Quiero dedos de trapo.
Quiero comprar, comer, coger,
todo mal con vivir
en cualquiera de mis pasados
(aun y a pesar
de que todavía
no hayan sucedido).
lunes, 1 de julio de 2013
La Mala
Era la Mala.
De todo el barrio ella era la más peor.
La más mala.
Le decían "La brava",
como a las papas bravas;
ella era la más mala de todas.
Le tenían miedo
y respeto
si no es decir la misma cosa,
porque era mala.
Un día llegó al barrio
con sus dos hijos
y bastó con ir al supermercado chino
para ganarse el título de mala.
Tenía la mirada:
era muy mala.
Quería poco y no soportaba nada.
La Mala caminaba como bestia
y era una yegua salvaje.
Las otras mujeres la odiaban
y le decían
"ahí va la Brava",
y la miraban de reojo
pero nunca
la miraban fijo.
La Mala jamás contestaba
con más de un gesto
que le nacía del muslo izquierdo
cuando daba un paso
y terminaba con el movimiento del cuello
y un momento entre sus ojos
que se desplegaban y miraban a los restos
de las mujeres que quedaban destrozadas.
Ver a la Mala era como
ver a un espectro.
Cuando se aparecía todo era silencio.
La gente callaba en la cuadra
o en la vereda
o en los negocios.
La Mala era la ley
de las bestias
y andaba sola
como una leona,
y cazaba sola
como una fiera.
Cuando cuentan leyendas
sobre la Mala
una la imagina mala y fea
pero la mala estaba buena.
Estaba buena mal.
Los hombres
que no la conocían
le gritaban cosas.
Ella sólo respondía
con sus ojos de gato,
furiosos y eternos de negros.
La Mala era un puma.
"Gatito", la llamaban
y la Mala callaba,
pero su cuerpo aullaba como gaviota
y los giles se quedaban paralizados
como gárgolas.
La Mala tenía un poco de diosa,
o de bruja.
Pero más de animal.
La mala era un gato montés
y en un barrio de gatos,
la mala era la reina gata.
Hasta que un día.
Un día los michifuces viejos se juntaron
para hacerle daño a la mala.
La esperaron en la puerta de su casa
escondidas detrás de un arbusto enano
y ni bien salió, ni la miraron
porque la mirada de la mala era la más mala
y entonces por la espalda
la tajearon.
La mala aullaba
y los gatitos con sus uñas le destrozaban el rostro,
la mala abría la boca y pegaba mordiscos,
los gatitos con sus navajas dibujaban trazos.
La mala no se quedaba quieta.
Era una fiera,
pero las otras eran tantos gatos
que contra sus intentos de liberarse
de las uñas de las diablas
la mala fue tan brava
que se quedó sin prisa
y se dejó cortar
toda.
Es que antes de salir
ella sabía
que la estaban esperando.
Pero escondió a sus crías
y les dejó dicho que se encerraran
hasta que pasara la noche.
La mala no gritó ni pidió ayuda,
pobre felina.
Se levantó como pudo
y se fue desangrando hasta la vía.
Al otro día,
la mala estaba
fría y desnuda.
Sus dos pedazos de vida
la esperaron toda la noche.
Su cuerpo hermoso y tajeado fue titular de Crónica:
"Riña de gatos en el bajo de Delfino"
Y la Mala muerta miraba en la foto
todavía con los ojos abiertos.
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