Apurarse, rápido, lo vale,
todo lo vale,
queremos apurarnos y comprar, comer, coger
rápido, queremos hacerlo rápido,
queremos hacerlo todo el tiempo,
y queremos comprarnos, comernos, cogernos.
¿Adaptarse, aplastarse, deleitarse?
¡no hay tiempo!
quiero comprar, comer, coger;
quiero la solución en el acto.
No quiero gastar plata
ni engordar kilos
ni acabar pronto:
quiero comprar, comer, coger;
quiero un látigo en la frente,
un dolor efímero
un susto espontáneo,
quiero desearte tan rápido,
que prefiero comprarte, comerte, cogerte,
te quiero de mi propiedad,
y que digas que sos mío
te quiero en mi boca,
y que te deshagas en mi saliva
te quiero en mi sexo,
y que te excites con mi imagen
como si fuera una estrangulación en vivo y en directo,
quiero un choque de trenes con mil muertos,
quiero una revista de mujeres anoréxicas
y un atado de cincuenta cigarrillos.
Quiero comprar, comer, coger,
quiero un jean de seiscientos pesos
y zapatos de mil mangos
quiero chocolate, café, empanadas,
pero sobre todo,
quiero garcharte hasta que me digas basta.
También quiero atarme una soga a la cintura
y que me quiebres el cuerpo en dos pedazos
quiero anhelo
azar
sorpresa
quiero estar despierta en un choque de autos,
quiero enchastrarme el cuerpo con crema para manos,
o con guasca,
quiero tirarme la sopa en la pollera
y quedarme con la tarjeta sube sin saldo.
Quiero que acabes conmigo al mismo tiempo
y quiero esperar ese momento
como si estuviera lloviendo
o llorando.
Quiero ansias de cerdo.
Quiero dedos de trapo.
Quiero comprar, comer, coger,
todo mal con vivir
en cualquiera de mis pasados
(aun y a pesar
de que todavía
no hayan sucedido).
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