Dale fuegos a esta tierra que te entierro
vivo y muerto
cobarde que de mi está preso
te dejo encerrado en esa piel que te arde entre momento
y momento,
que ni de voz se vale
ni se deja ver.
Dale, dale fuegos a esta boca que me late
de los besos que le arranco
dale fuegos a esta ausencia que me duele
y que no contiene
¡dale!
dame fuegos, dame aire, dame tierra
¡algo, dame!
dame golpes, con violencia,
como un cross en la mandíbula
en la cara, cortajeala
como hiciste ayer
como hiciste ayer
vamos, quiero lágrimas
¿es que te tocó el alma la lluvia cuando empezó a llover?
Dale, dame fuegos a esta pobre retorcida
ambivalencia
con la que decís a tu antojo
todo
lo que no pudiste hacer.
Dale, dame fuegos y violencia
dame lágrimas, cobarde
a este nombre que es Florencia,
y a este rostro que no pudiste ver
dale un fin apocalíptico
dale un golpe más de enojo
para que a mis días
las excusas torpes
no puedan jamás volver.
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